domingo, 2 de febrero de 2014



CATALUÑA 2014 – 2016.

LA SOLUCION

B. L. Acksheep


Capítulo III. Nunca tan pocos mintieron tanto a tantos

Reelaboro la inteligente frase de Churchill dirigida a la R.A.F., para aplicarla a nuestra situación. A veces unos pocos, si disponen de voluntad y los medios necesarios, pueden condicionar la vida de muchos, para bien o para mal. En nuestro caso, el pequeño grupo que está controlando la situación desde hace muchos años, ha utilizado la desinformación como su más poderoso recurso para conseguir movilizar a una parte significativa de la sociedad catalana. El resultado es una situación en que las fronteras entre la realidad y la ficción son cada vez más difusas. Hemos vivido ansiosamente prendidos en la búsqueda de “La Pregunta”, aunque la mayor parte de los analistas y los políticos, están convencidos de que nunca llegará a formularse. Se trata sobre todo de desarrollar un Proceso que parece un fin en sí mismo y por eso, para conseguir movilizar a la sociedad, vale cualquier método. Las mentiras, directas e indirectas, las medias verdades y las ocultaciones son tantas que sería imposible mencionarlas todas. En una lista enumerativa y no limitativa cabría mencionar:

España nos roba/España nos expolia
Este ha sido desde el principio un argumento esencial utilizado para fomentar el resentimiento, la desafección y/o el odio hacia el resto de España. Convendría hacer dos tipos de precisiones:

-De carácter técnico.
En primer lugar cabe subrayar que Cataluña no tiene ningún impuesto específico que no tengan otras autonomías. Los ciudadanos pagamos por los mismos conceptos, con la única diferencia de los recargos o deducciones que nos aplica el Gobierno de Cataluña. Para justificar ese robo o ese expolio, palabras ambas utilizadas constantemente, se utiliza el concepto de “Balanza fiscal”, diferencia entre lo aportado al estado y el gasto que este realiza en Cataluña. El resultado es significativamente diferente según el método por el que se calcule: el de flujo monetario, utilizado por la Generalitat es más desfavorable y el de flujo de beneficios, aceptado por la mayoría de los expertos como el realmente aplicable, menos. Ambos son desfavorables a Cataluña en los años de bonanza y le son levemente favorables en los años de crisis. Aunque hay tantos resultados como autores, para quien quiera profundizar en el tema es recomendable el riguroso estudio realizado por Antoni Zabalza:

http://elpais.com/elpais/2013/05/30/opinion/1369939609_917221.html

En el que por cierto se muestra la burda manipulación que la Generalitat realiza con las cifras.

Lo que sucede realmente es que como en cualquier sistema impositivo, los más favorecidos económicamente, sean personas físicas o entidades territoriales, pagan más de lo que reciben. En Alemania por ejemplo, la ciudad de Hamburgo y tres Länder tienen balanza fiscal desfavorable y contribuyen a la financiación de otros doce Länder. O como la “Balanza fiscal” del distrito de Sarriá-Sant Gervasi en el Ayuntamiento de Barcelona, que le resulta desfavorable y contribuye a otros distritos menos favorecidos. ¿Significa eso que esos distritos roban y expolian al de Sarriá-Sant Gervasi? ¿O que lo hacen los doce Länder mencionados? Lo mismo sucede a nivel personal, quien tenga altos ingresos tendrá una “Balanza fiscal” desfavorable porque contribuye, como es absolutamente lógico, al más básico criterio de justicia social. ¿Implica eso robo o expolio? Es evidente que la utilización de esas palabras es inadmisible y solo están dirigidas a intoxicar y despertar los instintos más elementales. Basta comprobarlo en el enlace que mencionaba en el capítulo I sobre las respuestas de los niños de una escuela.

Esto no significa que deba mantenerse la situación actual. Hay una gran mayoría que está de acuerdo en que es indispensable introducir el principio de ordinalidad, es decir, que se mantengan los rangos de ingresos y gastos per cápita después de efectuar el reparto solidario entre territorios.

-De carácter político.
Pero quizá lo más significativo sea recordar la evolución política de la situación. Basta con remontarse al “Pacto del Majestic”, realizado entre el Gobierno de CiU presidido por Pujol, en el que Mas ocupó importantes cargos de “conseller” (Obras Públicas y Economía y Finanzas). Como recordarán se trató de un pacto para facilitar los votos que necesitaba el PP para la investidura de Aznar. La posición de fuerza de CiU consiguió todo lo que pretendía –en sus propias palabras le dieron la vuelta al PP “como a un calcetín”- entre ellas un nuevo pacto de financiación. Es de suponer que entonces España no nos robaba ni nos expoliaba, puesto que fue un pacto presentado triunfalmente por CiU. A partir de entonces, el tripartito, del que formaba parte Esquerra Republicana, modificó el pacto fiscal para mejorarlo, con opiniones diferente según la óptica de CiU o del tripartito, pero con el acuerdo de ERC. Es decir, los dos socios esenciales en la campaña del “España nos roba/España nos expolia” fueron los responsables de firmar los pactos de financiación. ¿Entonces no nos robaban y ahora sí? Se trata esencialmente de una campaña de “agitprop” con el único objetivo de conseguir uno de los postulados de Renan: el odio a los vecinos.

Hubiese bastado simplemente con introducir ese principio de ordinalidad en el Pacto del Majestic o en el periodo de buenas relaciones entre el gobierno Zapatero y el tripartito con ERC. No se hizo –la financiación autonómica es un tema complejo- y ahora, como siempre, los que podían haber solucionado el problema y no lo hicieron, atribuyen toda la responsabilidad a los demás.

Pero sí que existe quien roba a Cataluña. Cuando el entonces presidente Maragall le dijo a Mas en el Parlament que su problema era el 3%, recibió la sorprendente respuesta de que “se había cargado la legislatura”. Es decir, nada de negar los hechos y anunciar acciones legales por difamación, parecía que lo inaceptable es que se había infringido la “Ley del Silencio”. Luego se comprobó que era más del 3% con el asunto del “Palau”, que sigue su lentísimo recorrido judicial. Un asunto que ha supuesto que la sede de CDC se haya tenido que ofrecer al juzgado como garantía inmobiliaria. Cabe recordar que fue ERC la que impidió que Mas tuviese que dar explicaciones sobre ese asunto en el Parlament de Cataluña. ¿Es que ese robo/expolio no le preocupa? Muchos son los casos que afectan a apellidos conocidos de la política catalana. Recientemente se han publicado alarmantes informaciones sobre el entorno familiar más próximo de Mas (evidentemente no en los medios locales) que no han sido desmentidas ni denunciadas en un juzgado. Nos roban/expolian desde dentro, pero al parecer esto apenas preocupa a los medios de comunicación oficiales y subvencionados ni al socio preferente y futuro líder de la política catalana, según las encuestas.

España contra Cataluña: una mirada histórica (1714 a 2014)
Bajo ese simpático título se organizó a mediados de Diciembre del 2013 un simposio aparentemente histórico. Aparte de comprobar la existencia, posiblemente inédita, de historiadores del futuro capaces de informar de lo que haría España contra Cataluña el año siguiente, queda claro que se trataba, sobre todo, de completar el paradigma de Renan: dar una visión falseada de la historia que induzca el odio a los vecinos. Historiadores prestigiosos, varios desde la misma Cataluña, se han pronunciado sobre el disparate que implica el título.

Pero al margen de disquisiciones históricas, es evidente que en el periodo considerado, mayoritariamente de regimenes absolutistas, se produjeron multitud de agravios contra cualquier territorio español. Castilla podría haber organizado un simposio del tipo “España contra Castilla (1520 a 2014)”. Aquello sí que fue una represión. Al fin y al cabo nuestro héroe local, Casanova, murió en la ancianidad en su casa tras volver a ejercer la abogacía. Los defensores de Castilla entonces, Padilla, Bravo y Maldonado  fueron decapitados y sus cabezas humilladas, como lo fueron muchos de sus seguidores. Aquello significó el final de la poderosa Castilla como se había conocido hasta entonces. O Andalucía podría organizar un simposio sobre Casas Viejas. Y qué decir de los que podrían organizarse con estupendos títulos: “Alemania contra Francia”, “Francia contra Rusia”, “Inglaterra contra Alemania”, etc. Si, cambiando de continente, nuestro ínclito Mas hubiese nacido en Sudáfrica, hubiese podido organizar su simposio con títulos tan sugerentes como “Blancos contra negros” o “Afrikaners contra Zulús”, que, si lo meditan un instante, encontrarán agravios más importantes que comentar. Pero no tuvieron tal fortuna los habitantes de ese país  y les correspondió en suerte Mandela, ese político mediocre que está en la memoria de todos y que en lugar de organizar simposios, caminó exactamente por la dirección opuesta, no en la de “unos contra otros” sino en la de “unos con otros”. La mayor lección de sus actos funerarios fue el ver a esos unos y a esos otros manifestarse unidos, alejados del odio y del rencor.

La durísima represión franquista de la posguerra, por ejemplo, se produjo en todo el estado, como demuestran los múltiples enterramientos colectivos de los que tanto se habla en los últimos tiempos, que aparecen por todo el territorio del estado. ¿Habría que hablar entonces de España contra España?

Nadie sabe cómo los dioses nos reparten sus designios, pero hay ocasiones en que llegan a nuestras vidas personajes como Mandela o como Schuman y Adenauer, que en lugar de montar simposios de lo que unos han hecho contra los otros, inician un camino en base a lo que unos pueden hacer con los otros. Así nació la Europa contemporánea, a base de personas que intentaron olvidar los muchos “contras” que la historia produce. La Cataluña de Mas ha sabido despertar el odio a los vecinos que nos roban, nos expolian y nos masacran. Para ello no ha reparado en medios. Lo que se ha dado en llamar la zona cero del independentismo, el Born Centro Cultural, con una inversión de 84 millones de Euros y un coste de funcionamiento anual de 5 millones, está destinado a difundir los actos del tricentenario que “estudiaba” el simposio del subtítulo. En dicho centro se divulgan amables afirmaciones referidas a lo que hizo entonces España, como: “política de terror”, “bombardeo terrorista”, “violaciones masivas de mujeres”, “el sometimiento de los desdichados catalanes”,  “la tiranía de las leyes e instituciones de Castilla”, “expolio fiscal oprobioso”, etc. Ver: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/12/14/catalunya/1387052163_496149.html

Mas y Junquera declaran su amor a España en el parlamento
Con todo este panorama, los líderes de los dos partidos que han llevado a la situación que comentamos, realizaron el pasado mes de Septiembre en el Parlament una sorprendente declaración de amor a España. Parece como si alguno de los lobbys que se ha difundido que asesoran el proceso, les hubiesen escrito el mismo guión. ¿Se puede amar a quien nos roba y nos expolia? Ya hemos visto lo que pregona ese carísimo centro creado por Mas, que debe reflejar lo que es su opinión, no precisamente amorosa. En cuanto a Junqueras los síntomas de amor son tantos y tan variados que resultaría inacabable el abordarlos. Podríamos mencionar algunos:
- La carta remitida a Gibraltar el pasado mes de Agosto solidarizándose por el “abuso” y el “bullying” que España somete a los gibraltareños. Una prueba definitiva de amor en un momento de intenso enfrentamiento, en el que luego la UE dio la razón a las decisiones de control establecidas por España.
- Quizá para no alargar lo que sería una letanía interminable, les sugiero que escuchen atentamente de la boca del Sr. Junqueras desde el minuto 19 y 45 segundos al 21 y 30 segundos. 
Es imposible decir más cosas desagradables en menos tiempo. Si eso es amor, debe ser lo más parecido al que desemboca en violencia de género.

La Cataluña independiente permanecería en la UE
Pese a las reiteradas declaraciones de altos funcionarios de la UE sobre la situación en que quedaría una Cataluña independiente, Mas y su gobierno y Junqueras y ERC, siguen sosteniendo que la salida no se produciría. Para ello invocan argumentos voluntaristas y fantasiosos: que se crearían mecanismos de transición para impedirla, que Europa no toleraría perder a un contribuyente nato (cuando está por ver si lo sería en las nuevas circunstancias), etc.  Cabe destacar la sorprendente declaración del portavoz Homs: “Europa estará acabada si expulsa a siete millones de ciudadanos”.

 

La anterior afirmación es superada, si cabe, por el líder de su socio de coalición,  al que, como antes se ha dicho, las encuestas señalan como el futuro President, cuando dice que la salida de la UE no se produciría porque Volkswagen (p.e.) llamaría a Merkel para que esta le comunicase a Rajoy que Cataluña no saldría nunca de la UE. Escuchen con atención en el siguiente enlace:
Deben buscar en la segunda pantalla que aparece en vertical, tras el texto “… han adreçat les seves preguntes al líder d’Esquerra.”, y escuchar desde el minuto 2 y 25 segundos al 3 y 18.

Aunque la seguridad absoluta no existe, parece altamente probable que la secesión supusiera una salida inmediata de la UE durante un tiempo indefinido. En cualquier caso, en el planteamiento político y económico del proceso debería contemplarse como una de las dos hipótesis y establecerse en qué plazo piensan los líderes secesionistas que se podría reingresar. Es algo tan esencial, sobre todo desde el punto de vista económico, que no se puede abordar con afirmaciones de tan poca solvencia como las que se han mencionado. Imaginemos uno de los miles de ejemplos posibles:
¿Cómo afectaría esa situación a las empresas catalanas más importantes? Pensemos, por ejemplo, en las dos principales entidades financieras: La Caixa y Banc Sabadell. Al día siguiente de producirse la salida de la UE, los depósitos en estas entidades dejarían de esta amparados por el paraguas que impone la reglamentación europea, que garantiza hasta los 100.000 € y quedaría fuera del fondo de garantía de depósitos. ¿Cuál sería la reacción normal de los impositores? ¿Mantendrían sus depósitos en esas entidades? Máxime si se considera que están extensamente establecidas en territorio español. Como la situación cambiaría por completo si trasladasen su sede a cualquier otra parte del estado ¿Cuál sería su decisión? Y evidentemente ese traslado supondría una importante pérdida de impuestos para la Cataluña independiente.

Cataluña pagaría su deuda en cuatro años
Esta sorprendente afirmación es de ese previsible futuro President, Junqueras de ERC. Escuchen en la siguiente entrevista del minuto 25 y 40 segundos al 26.

Para saber de que estamos hablando habría que hacer unos números aproximados, basados en los datos publicados en los diarios económicos. No se trata de datos “contables”, es decir, exactos, y además serán probablemente inferiores a la realidad puesto que tanto España como Cataluña continúan (de acuerdo con la UE) cerrando sus ejercicios con déficit.  La deuda de Cataluña se compone de:
-La deuda propia de Cataluña que supera los 55.000 millones.
-La de sus Ayuntamientos, unos 5.000 millones
La parte correspondiente, repartida en base a criterios de población y PIB, de la deuda del estado y de diferentes organismos, por ejemplo:
-La de la deuda del estado, sería de unos 162.000 millones.
-La del déficit de tarifa eléctrica supondría unos 4.100 millones.
-La de Renfe, Adif, AENA, Puertos, Sepi, unos 7.400 millones.

La suma de lo anterior supera de largo los 233.000 millones y aún faltaría contabilizar el de alguna empresa pública más y el de las impresas privadas catalanas. Suponiendo que se consiguiera financiar al 5% (cosa poco probable) significaría pagar unos intereses de 11.650 millones al año, y si se quisiera devolver efectivamente en los 4 años que asegura Junqueras, serían unos 64.075 millones cada año. La afirmación es por tanto todo un ejemplo de insolvencia y/o de intoxicación deliberada.

También es interesante subrayar que en la misma entrevista, en el minuto 30 y 15 segundos, Junqueras afirma que el rescate total de España es inexorable e inmediato (en el 17.10.12). Es interesante también el “cómo” lo dice, un tono prepotente y perdonavidas, con un fondo de hastío por tener que compartir la profundidad de su sabiduría para explicar lo evidente.

Volviendo a la realidad, la posibilidad en esa Cataluña independiente de ir emitiendo deuda para refinanciar los vencimientos, parece extremadamente difícil a costes asumibles. Si en la situación actual no se consigue y hay que recurrir al FLA (Fondo de liquidez autonómico), en el futuro, previsiblemente fuera de la CE, nadie sabe cómo podría conseguirse. Pero cuando alguien intenta poner números y panorama de situación sobre la mesa, la respuesta del frente secesionista y su coro mediático es, resumiendo,  de que se está haciendo catastrofismo. Quizá si, pero porque ese es el escenario que contemplamos muchos. Más que descalificar las afirmaciones de los demás, ayudaría al debate que pusieran números sobre la mesa que permitieran aclarar el panorama. La simple afirmación de que la Cataluña independiente pagaría su deuda en cuatro años, sin adjuntar cifra alguna, parece, cuando menos, irresponsable.

La Cataluña independiente ocuparía el 6º lugar en riqueza por habitante.
Eso es lo que afirma ERC en su intoxicación propagandística habitual y está basado en uno de los muchos estudios que se encargan a la persona “adecuada” que les diga lo que quieren escuchar.

No creo que nadie discuta la viabilidad económica de una Cataluña independiente, aunque también parece que tardaría mucho tiempo en alcanzar los niveles de prosperidad actuales. Es poco probable que la situación económica, por ejemplo la “renta per cápita”, se mantuviese. La separación del resto de España llevaría a una situación que en la teoría de juegos se denomina de perdedor/perdedor. Es decir, las dos partes perderían, desde el punto de vista económico, en medida difícilmente soportable. Es sabido que más del 50% de las ventas exteriores de Cataluña se dirigen al resto de España. Se ha publicado recientemente que Cataluña vende más a Murcia que a los EEUU o a Aragón que a Alemania. Parece evidente que esta situación se vería alterada por diversas causas:
-Una probable reacción “sentimental” del resto de España, que buscaría alternativas de suministro.
-Una probable barrera arancelaria, si, como parece, Cataluña quedase temporalmente fuera de la UE.
-En ese caso, existiría una relación de productos sometidos a contingentes, p.e. agrícolas, que deberían ser negociados a nivel UE.
-La pérdida de capacidad de compra del resto de España en la nueva situación, que previsiblemente repercutiría de forma grave sobre más del 50% de nuestro comercio.

Habría que añadir la deslocalización parcial o total de empresas (hay diversos anuncios al respecto), que pasarían a no tributar en Cataluña. El resumen es que trasladar inalterados determinados parámetros económicos a la nueva situación es, pura y simplemente, una falacia.

El infatigable protector de los desvalidos
El líder de ERC, Junqueras, viene proclamando enfáticamente a los cuatro vientos, que allí está él, en el parlamento, para no permitir desviación alguna de recursos que pudiese perjudicar a las capas más desfavorecidas.

Seguramente recuerdan en estos últimos meses algunas informaciones de interés, como:
-Un informe del Sindic de Greuges de Agosto del 2013 sobre el grave problema de malnutrición detectado en un número considerable de niños. Con una tasa de riesgo de pobreza infantil del 28% y 364.478 niños menores de 16 años afectados. Ver http://www.sindic.cat/site/unitFiles/3505/Informe%20malnutricio%20infantil%20castella.pdf
-La supresión de becas de comedor.  Según el Síndic solo tiene beca de comedor el 26% de los que la necesitan
-Supresión de ayudas a la inserción laboral de minusválidos.
-Supresión de ayudas a la escolarización de disminuidos
-Paralización indefinida de las ayudas a los nuevos dependientes.
-9.084 personas muertas a las que ya se les había reconocido la dependencia, sin haber recibido prestación alguna.
-Aplazamiento de pagos a farmacia que ha supuesto en algunos casos el cierre de establecimientos, arruinando todo un proyecto de vida.
-Aplazamientos indefinidos de pagos a residencias de ancianos y dependientes (la patronal estima la deuda en 70 millones), a conciertos sanitarios y educativos, a entidades del sector social y dependencia que han supuesto el cierre de varias empresas.
-Etc., etc., etc.

A la vez, los presupuestos contemplan partidas como:
-5,2 millones para el CAC (Consell de l'Audiovisual de Catalunya), controvertido organismo de reciente creación, con siete altos cargos, la mayoría ex políticos, que recibirán una remuneración conjunta de 684.000 euros.
-5 millones  para el circuito de Cataluña,
-Diplocat, que duplica su presupuesto para el próximo año
-225 millones para la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales,
-38 millones para el Consejo Catalán del Deporte
-15,7 millones asignados al presidente Mas para organizar "exposiciones, certámenes y otras actividades de promoción", para ofrecer "atenciones protocolarias y representativas" y para encargar "trabajos", o lo que es lo mismo, informes externos.
-84 millones invertidos en lo que se denomina la zona cero del independentismo, el Museu del Born, que recibirá además una subvención anual de 3,4 millones pagados por el Ayuntamiento y la Generalitat.
-15,3 millones para la Secretaría de Asuntos Exteriores y de la UE, para promover la "internacionalizar el conflicto" para alcanzar la independencia.
-Los 15 a 30 millones que fuentes bien informadas estiman como el verdadero coste del referéndum.
-Los salarios de los altos cargos de empresas públicas, como los 164.900 € que cobra el director de Televisió de Catalunya. O los 22 altos cargos que cobran más que un consejero (103.100 €) y cuatro de ellos más que el presidente Mas (136.800 €).
-Cantidades indefinidas para las cerca de 250 empresas públicas, muchas altamente deficitarias y con un endeudamiento que supera los 6.200 millones.
-Las subvenciones a los medios de comunicación afines.
-Los 10.000 libros que se entregaran a personalidades internacionales sobre la independencia de Cataluña.
-Aspectos anecdóticos como el coste de los medios utilizados para mostrar la vía Catalana (3 helicópteros, 18 unidades móviles, coste del dispositivo policial)
-Etc., etc., etc.

La parte esencial de una acción de gobierno es establecer la asignación de recursos. Es discutiblemente legítimo que las prioridades sean las que se deducen de los párrafos anteriores, es decir anteponer sobre cualquier otra cosa el camino hacia la independencia, aunque sea desatendiendo aspectos sociales que parecen esenciales. Lo que parece un ejercicio de cinismo inadmisible es presentarse a la vez como el garantista de todos esos aspectos sociales. Esa es la visión de los dos socios, ERC y CiU, que comandan la acción y que han aprobado los presupuestos. Cuando le reprocharon en el parlamento a Mas-Colell los importes destinados a la conmemoración del 1714, respondió de manera significativa: “era una cuestión de la mínima dignidad”. Al parecer no lo es que se mueran los que esperan la dependencia, que no se atienda a los discapacitados en los colegios, los problemas de malnutrición, la infradotación y el impago a las residencias de ancianos y disminuidos, el pago a las farmacias, etc. El sistema se ha convertido en una máquina de picar carne para la gran hamburguesa independentista, nada importa el origen de esa carne.

La fuerza de choque mediática
Ha sido uno de los elementos esenciales para haber llegado a la actual situación. Con motivo del relevo en la dirección de un importante diario catalán, su editor afirmaba que los medios de comunicación deben reflejar la situación real de la población a la que se dirigen. La trayectoria de la persona elegida y de sus más directos colaboradores, parecen convertirlo en misión imposible. Lo mismo sucede con el resto de los medios de comunicación oficiales y subvencionados de Cataluña, muy alejados de esa realidad y fervorosamente dedicados a promover el proceso independentista. Si reflejasen la situación real de la sociedad, con una partición al 50%, aproximadamente, entre partidarios y contrarios a la independencia, se escucharían en medida parecida los argumentos de los dos bandos, una situación radicalmente diferente a la existente. Pongamos algunos ejemplos:

Medios privados.
El más importante canal de TV privado, perteneciente al, también, más importante grupo de medios de comunicación local, tiene una orientación evidente y unidireccional. Para ello ha desarrollado tres tipos de entrevistas políticas:
-Entrevistas con incensario. Antes les mencionaba el siguiente enlace:
Y les indicaba el punto en el que Junqueras afirmaba que Merkel llamaría a Rajoy para que aceptase la independencia de Cataluña. Lo más sorprendente es que ninguno de los “periodistas” presentes, hiciesen la más mínima objeción o comentario al respecto. Imaginen una entrevista a Ahmadineyad, antiguo presidente iraní que negaba el holocausto, en que hubiese afirmado rotundamente que este no existió. Si los periodistas no hacen el menor comentario, cabe pensar o que están de acuerdo o que “algo” les hace callar. Si miran el resto de la entrevista, no creo que recuerden momentos similares en la prensa Occidental en lo referente a la actitud sumisa y reverente de los “entrevistadores”.

-Entrevistas con Kalashnikov. Vean este enlace, sobre todo a partir de la segunda pantalla en vertical:
Como verán las ráfagas de ametralladora se van alternando con breves periodos de calma.

-Entrevistas con lanzamisiles. Vean este enlace, como antes a partir de la 2ª pantalla:
Aquí las explosiones y las llamaradas se producen desde todos los frentes. Tiene momentos impagables. Miren, en esa segunda pantalla, desde el minuto 6 y 55 segundos al 10 y 10 segundos. Podría titularse algo así como “Que la realidad no te estropee una buena sentencia (aunque sea falsa)”. Verán que Rahola argumenta elocuentemente y con una vehemencia que bordea el odio, esgrimiendo una sentencia de La Haya y golpeando reiteradamente con ella a Rivera; con el pequeño detalle de que la sentencia era falsa. Pese al casi nulo relieve que dieron los medios locales, siempre acaba saliendo la verdad: que esa sentencia nunca había sido pronunciada por el tribunal de La Haya. La cosa es de especial gravedad porque Rahola forma parte del Consell Assessor per a la Transició Nacional, organismo creado para asesorar en el proceso de independencia de Cataluña. Hay quien traslada esa falta del mínimo rigor profesional a la propia estructura del organismo. En cualquier caso, la “petición de disculpas” de Rahola es un espectáculo inimaginable, así que no lo imaginen, véanlo:
y

La contemplación del conjunto de entrevistas resulta altamente pedagógica. La ausencia de cualquier tipo de objeción o aclaración a las muy discutibles afirmaciones de Junqueras, parece un ejemplo de mal periodismo, algo a divulgar en sus Facultades como paradigma de lo que no se debe hacer. Sin embargo unos días después, los analistas del mismo programa la definían como uno de los momentos gloriosos del periodismo contemporáneo y la comparaban con la de Navarro; a su parecer Junqueras se había elevado a cimas difícilmente imaginables, mientras que Navarro se había arrastrado por la mediocridad. Algo que refleja un sentimiento ampliamente difundido en la Cataluña actual. Junqueras hablaba de política-ficción, un mundo onírico en el que todo es posible. Navarro relataba hechos, interpretados desde su subjetividad, discutible como todas. Los hechos, dicen los anglosajones, son tozudos; cabría añadir que son, además, aburridos. ¡Cuánto más gratificante el remontarse por los espacios siderales, alejados de la molesta realidad, a que nos conducen las palabras de Junqueras!

Medios públicos.
Son constantes en la programación habitual espacios en los que se refleja únicamente la necesidad imperiosa y urgente de la independencia, enfocados con abrumadora rotundidad desde esa posición de trinchera única que habíamos comentado. Para mitigar el aburrimiento del tema, les dejo un enlace impagable de uno de los más antiguos y representativos periodistas del ente. Les recomiendo encarecidamente que lo vean, aunque sea el único de este capítulo. Lo tienen subtitulado en inglés.

La mala calidad de la democracia española
Un argumento permanentemente utilizado en los últimos tiempos, basado en el hecho de no permitir el referéndum. La decisión puede ser todo lo discutible que se quiera y se puede argumentar razonablemente en ambos sentidos, pero lo que no parece lógico es reputar como antidemocrática ninguna posición. Les incluyo el gráfico del primer punto de los 16 que se colocan en lugar visible en las escuelas públicas francesas.
Como pueden comprobar su primera afirmación es que Francia es indivisible. Por tanto tampoco toleraría un referéndum de autodeterminación de una parte de su territorio. Lo mismo sucedería con la inmensa mayoría de los países cuya constitución incluye el mismo criterio. No se puede argumentar esa falta de calidad democrática que afectaría a tantos países de Europa. Es evidente que la Constitución se puede modificar para incluir lo que se quiera, pero siempre por los caminos que el mismo texto prevé.

Cataluña dice, Cataluña quiere, Cataluña piensa
Los líderes de los partidos que están conduciendo el proceso independentista, se han arrogado los plenos poderes, seguramente por gracia divina, para convertirse en únicos portavoces de la Cataluña eterna. Solo ellos saber interpretar cual es la voluntad del pueblo, conocen lo que quiere y lo que piensa. La falsedad es tan evidente como demuestran las estadísticas sobre lo que opinan y desean los catalanes, algo diverso y muchas veces contrapuesto, como todos los pueblos.

Realidad virtual
El conjunto de mentiras, ocultaciones y medias verdades para justificar el proceso, han convertido la situación en Cataluña en un extraño videojuego. En el exterior la realidad es preocupante, el resultado incierto, se ocupa el tiempo y el esfuerzo en establecer una pregunta que probablemente nunca llegará a plantearse. Aparte de los recortes, se aplazan  pagos esenciales para el funcionamiento del sistema social y se destinan a alimentar ese pozo sin fondo que es el mantenimiento del proceso independentista. Se pasan por alto cuantas cosas nos dicen entidades solventes, empezando por la UE y diversos organismos económicos. A cambio, tenemos ese mundo de ficciones, ese videojuego de colores brillantes en que se ha convertido la política catalana. En él se enfrentan dos ejércitos, uno, el ejército de los Puros, de los Hijos del Padre, está comandado por dos capitanes: Mas, que es alternativamente Ghandi, Abraham Lincoln o Luther King,  y  Junqueras, que es El Capitán trueno, Superman o Batman. El otro ejército, el de los bastardos, no tiene capitán, es una tropa de seres malignos y rencorosos, una hidra de mil cabezas que puede ser alternativamente Rajoy o Navarro o Rivera o cualquiera que cuestione La Verdad Revelada que está en posesión exclusiva de los Puros. Por ese mundo virtual se pasea un partido de izquierdas también virtual, que en lugar de preocuparse de la situación social, parece únicamente obsesionado por recoger desertores de la rama PSC del ejército de los bastardos.

Conclusiones
El querer establecer un proceso a la independencia es, en sí mismo, algo perfectamente legítimo, aunque a muchos nos parezca la peor de las soluciones posibles. Es la manera de conducir “este” proceso que estamos viviendo la que parece absolutamente inadmisible. Basada en generar odio y/o rencor hacia el resto de España, en monopolizar los medios de comunicación oficiales y subvencionados, sin utilizar las vías legales posibles ni plantearse siquiera los derechos de los ciudadanos de Cataluña que no quieren ser incluidos en el proceso, como se plantea en Quebec, el principal referente utilizado hasta época reciente. Para seguir ese camino se han tergiversado y manipulado los datos de todas las maneras posibles. Pocas veces se ha cumplido con mayor rigor lo de que “el fin justifica los medios”.

Esa manera de actuar ha conseguido una fractura interna de tal magnitud que no parece posible que la sociedad catalana, a corto y medio plazo, pueda establecer un lugar de encuentro. Quien haya dirigido o participado en equipos humanos organizados para el desarrollo de un proyecto, habrá visto que para la consecución del objetivo del proyecto es esencial la aportación de cada uno de sus miembros, principalmente el equipo directivo. Es frecuente calificar esa aportación individual en base a la “Competencia/Actitud”. Parece que en muestro proceso hemos llegado a la peor de las opciones posibles en quienes dirigen el proceso: “Incompetente/Con iniciativa”. Eso ha generado una hiperactividad similar a la de un niño que coge un aparato electrónico complejo: empieza a pulsar todos los botones sin orden ni concierto, desconociendo cuales van a ser los resultados de sus actuaciones.



Continuará en el Capitulo IV. Final de partida


Firmado:

             


Una oveja de color (de color negro)

miércoles, 4 de diciembre de 2013



CATALUÑA 2014 – 2016.

LA SOLUCION

B. L. Acksheep


Capítulo II. Votaciones, elecciones, “Derecho a decidir”

Existe un extenso debate planteado sobre eso que ha pasado a denominarse “Derecho a decidir”. Son múltiples los argumentos denunciando, probablemente con razón, la inexactitud de la denominación, porque lo que oculta es otra cosa -la autodeterminación- que solo está avalada por la legislación internacional para circunstancias radicalmente distintas a las nuestras. Pero quizá deberíamos, al menos para analizarlo,  dejar de lado los nominalismos. En definitiva el objetivo está claro y vuelve a incidir en el corazón de lo que planteaba el Clarity Act: algo que no está contemplado por la ley que debería enmarcarlo (la Constitución), pero que puede resultar aconsejable considerar.

Lo que sucede es que se recurre a un planteamiento aparentemente lógico e inocente, que la población de Cataluña ejerza su expresión democrática mediante las urnas. Y que los que se oponen a ello son, simplemente, antidemócratas. Sin embargo, en la práctica, el número de trampas y ocultaciones de la realidad es tan abundante, que es necesario contemplar atentamente todo el panorama. Prescindo de argumentos conocidos, reales y ya expresados, como que cualquier democracia debe encuadrarse en unas reglas que en este caso se pretenden incumplir. Me interesa subrayar otros aspectos. 

Antes que nada cabe expresar cierta sorpresa por el intenso debate en torno a múltiples aspectos de la pregunta y la inexistencia de análisis alguno en torno a lo que parece más esencial: cual debería ser el tratamiento de la respuesta. Por eso conviene retornar al Clarity Act: porque profundiza en todo el proceso y se pronuncia simultáneamente sobre las condiciones de la pregunta y sobre el tratamiento de la respuesta. Es en ese último aspecto en el que quisiera incidir en este capítulo.

Creo que en todo el planteamiento hay un elemento espurio: tratar a esa votación como si fuese una de las habituales, que se resuelven básicamente con un tema de mayorías y minorías. Me refiero a que en esas votaciones, las ligadas a elecciones municipales, autonómicas o legislativas, lo que se está determinando es qué tratamiento se le va a dar al paciente durante los próximos cuatro años. Existen además muchas cautelas; si el tratamiento no resulta adecuado, puede ser modificado de diversas formas, cambiando las mayorías si es posible, presentando mociones de censura, etc. Y en el caso de  que un partido tenga mayoría absoluta, el plazo de cuatro años vuelve a dar la palabra al cuerpo electoral. La votación que se discute, la ligada al “Derecho a decidir” es algo absolutamente diferente: es un trasplante de corazón, algo probablemente irreversible. Por eso lo más sorprendente de todo es que los que propugnan ese trasplante, no presentan informe alguno que avale su viabilidad: no hay datos ciertos sobre el estado actual del paciente, radiografías, scans, estudios sobre la posibilidad de rechazo, compatibilidad con el donante, etc. Se trata de un acto de fe.  Los partidarios del trasplante aparecen felices en las manifestaciones, rodeados de sus hijos y recitando el mantra habitual “Queremos el trasplante”. No importan las consecuencias, no importa si eso va a mejorar al paciente, incluso si será capaz de sobrevivir con una calidad de vida aceptable. En cualquier caso los médicos, los que ejecutan el trasplante, se han reservado un lugar en la Historia. Pero la irreversibilidad de lo que se plantea, como subraya el Clarity Act, requiere un tratamiento de la respuesta que no tiene nada que ver con las votaciones o elecciones habituales. Por eso, quienes no confiamos ni en el tratamiento ni en el equipo de cirugía, no podemos ser obligados a seguirlo.
Es esencial recordar que, según casi todas las encuestas, la línea de partición entre los que desean o rechazan la independencia, está cercana al 50%. Incluso encuestas realizadas en periodos de tiempo muy cercanos, decantan levemente el resultado en uno u otro sentido, según quien realice la encuesta. Los partidarios de la consulta están enfrascados en la pregunta con posiciones tan contrapuestas que el presidente Mas calificó recientemente de guirigay esa situación. Pero nadie habla del tratamiento de la respuesta, tal parece que se tratase de una apuesta a cara o cruz, que quien la gane arramblará con todo y quien la pierda, lo habrá perdido todo. El Tribunal Constitucional canadiense remarcaba, sabiamente, que “todos los ciudadanos son, en cierto sentido, propietarios de todo el país”. Imaginen el reparto de una herencia cuyos herederos tienen opiniones radicalmente enfrentadas sobre la manera de realizarlo. Vuelvan a imaginar que deciden ponerlo a votación. ¿Resultaría lógico aceptar que la facción mayoritaria se apropiase de todo y la minoritaria lo perdiese todo? Parece ser que esto es lo que se está planteando y es por eso que debería acudirse a la reflexión y a la doctrina que se deducen del Clarity Act.

Hay una serie de ciudadanos de Cataluña, que se consideran tan catalanes como españoles, que han constituido tradicionalmente la fracción mayoritaria de la población y en cualquier caso una población numéricamente significativa. Esos ciudadanos tienen firmado un contrato del máximo valor legal, la constitución, que les garantiza la permanencia al estado que generó ese contrato. Y que como lo consideran vigente, quieren que, en cualquier caso, suceda lo que suceda en cuantas consultas se celebren, nadie les pueda despojar de su herencia. Algunos de ellos estaríamos de acuerdo en que se ejerza ese “derecho a decidir/autodeterminación” que determine un divorcio, pero ese divorcio debe plantearse entre una parte de Cataluña, la que corresponda al porcentaje de votación de los que han decidido separase, que deberían ocupar una fracción del territorio: precisamente en la cuantía que corresponda al porcentaje de sus votos. Todo de acuerdo a lo que se indica en el Clarity Act cuando dice explícitamente (refiriéndose al Canadá) que “en el caso de que poblaciones concentradas territorialmente en Quebec (Cataluña) solicitaran claramente seguir formando parte de Canadá (España) debería preverse la divisibilidad del territorio quebequés (catalán) con el mismo espíritu de apertura que llevó a aceptar la divisibilidad del territorio canadiense (español)”. En otro capítulo abordaremos cómo hacerlo.

Aunque lo que queda en un preocupante estado de indefinición es lo que realmente se plantea. Se habla de un referéndum “consultivo”, es decir, aparentemente no vinculante, puesto que para que lo fuese debería convocarse otra nueva consulta que indicase claramente esa circunstancia. Supongamos, para entender la esencia de lo que plantean los partidos que lo propugnan, que el estado aceptase ese planteamiento (cosa que parece muy poco probable). El coste de esa consulta, sobre la que se han barajado diversas cantidades, podría ascender a 30  millones de euros, como se estimó inicialmente, aunque ahora la vicepresidenta habla de 5 millones en un presupuesto “muy ampliable” y que “la previsión es incierta y la ampliaremos hasta donde sea necesario”.
Parece evidente que tiene miedo de dar el importe real. Un importe que habría que multiplicar por dos al añadir el coste del referéndum vinculante, que es el único que podría ser efectivo. Parece difícil de entender que, en la situación actual, partidos que se autodenominan de izquierdas estén de acuerdo en semejante despilfarro. Si se trata de algo de alcance únicamente consultivo, mejor sería encargar una macroencuesta con una población consultada de amplitud suficiente para aproximar el resultado, y/o plantear únicamente un referéndum vinculante, con las mismas dificultades que presenta el consultivo. Y quizá también, como se hace en Suiza, se podrían convocar simultáneamente varias consultas para compensar el coste de la del derecho a decidir, por ejemplo:
-Reducir el coste de la Corporación catalana medios audiovisuales a un máximo de 50 o 100 millones de euros (por ejemplo, el coste actual es de 235 millones de euros)  
-Reducir el salario del director de TV3 hasta dejarlo con el mismo importe que el de Rajoy. Ahora gana bastante más del doble, un 127% más.
-Aproximar las condiciones de jubilación de los parlamentarios, ex concellers, ex altos cargos de organismos públicos, etc. a la del resto de los trabajadores
-Aplicar recortes similares a los realizados en sanidad y educación a  Diplocat, embajadas, etc.
-Etc, etc., etc.
Siempre para canalizar los importes ahorrados hacia la dependencia, inserción de discapacitados, ayudas al comedor escolar de cierta población necesitada, desahuciados, etc.

Por último cabe subrayar la manera como se está conduciendo el proceso desde esos medios audiovisuales de trinchera única a los que me refería en el capítulo anterior. Unos medios que se conducen desde hace mucho tiempo como inmersos en una campaña electoral continua, pero sin las limitaciones que impone la legislación en cuanto a la asignación de espacios. Una campaña que se desarrolla entre ese cerca del 50% amordazado, los que no desean la independencia, y ese otro 50%, que sí la desean, con un complejo sistema de potentes altavoces, de titularidad pública y de medios privados subvencionados. Los primeros, los de titularidad pública, con una cierta contención aparente, al menos en los informativos, probablemente por los controles parlamentarios; los otros, los de propiedad privada subvencionados, con barra libre puesto que no tienen control alguno. Entre los múltiples ejemplos de estos últimos, podríamos mencionar uno como paradigmático. Se trata de un programa de la TV del más importante grupo de comunicación local, en horario de lo que suele denominarse “prime time”, con una estructura a medio camino entre el “comentario político” y un “programa del corazón”. La fase “informativa” es precedida con frecuencia de un diálogo entre El Gran Presentador y la Ideóloga/Sacerdotisa (un trasunto local de Belén Esteban dedicada a, digamos, la “política del corazón”). Si se ha realizado una entrevista previa a alguna personalidad de un partido “desviacionista”, la Ideóloga/Sacerdotisa emana la doctrina necesaria para neutralizar el veneno y evitar que contamine a los espectadores. Me había permitido entrecomillar lo de informativo porque, a diferencia de los usuales, que son una especie de mercado donde aparecen expuestos los diferentes alimentos (dispuestos con el rango adecuado a la orientación de la cadena), a diferencia de esos otros, decía, el que analizamos suministra los alimentos ya triturados, mezclados a conveniencia para ser consumidos a cucharaditas. La información se suministra “opinada”, para evitar el análisis de quien la recibe y que no le pueda dañar y desviar del recto camino. Para no cansar más al lector, la fase posterior está compuesta básicamente por opinadores de trinchera, algunos de los cuales además realizan el mismo cometido en el canal autonómico: tienen el monopolio de la voz y la utilizan en el más estricto sentido de trinchera. Todo lo que signifique Madrid/España/Gobierno se presenta de manera tan despreciativa que cualquier espectador receptivo llegaría a la misma conclusión que expresó nuestro célebre conciudadano Albert Pla: que le da asco ser español y que es una mierda ser español.
(ver http://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/reacciones-albert-pla-polemica-suspension-concierto-gijon-2757449)
Parecería irreprochable que el principal grupo de comunicación local mantuviese esa posición o la que le pareciese oportuna, pero el condicional desaparece y pasa a ser inadmisible que realice semejante tarea cuando se considera su generosa subvención.  Obtenida también a las expensas de ese grupo al que pertenezco, los que nos sentimos catalanes y españoles, que debemos soportar que se nos insulte pagando con nuestros impuestos una generosa cantidad, que acabará en los bolsillos de los propietarios del grupo que no parecen necesitarlo.

Por último cabe mencionar un hecho repetido y especialmente desagradable y ofensivo. Esa manera insultante en que todos estos personajes hablan en nombre de Cataluña. Lo que ellos piensan, es lo que Cataluña piensa. Lo que ellos pretenden, es lo que Cataluña pretende. Parece como si los espíritus de las generaciones pasadas, les hubiesen otorgado el título de oráculos. Y como son los que monopolizan los medios, no existe contrapeso posible. Día tras día, programa tras programa, van inoculando en vena su doctrina. Un xirimiri inacabable que inexorablemente va penetrando cada vez con más profundidad.

Este es el escenario sobre el que se va a desarrollar próximamente la tragicomedia. Por otra parte, un escenario muy conocido, basta con volver la vista atrás unos cuantos años para encontrar situaciones similares, en nuestro país y en otros de Europa. Es tiempo ya de seleccionar a los dos principales actores. Pero resulta que quien maneja la tramoya está a la vez implicado en esa selección y cuando los diversos actores salen a recitar su papel, “los elegidos” reciben todos los focos, que les proporcionan una luz deslumbrante. El resto queda en la penumbra y el público apenas puede distinguirlos. Es en esas circunstancias, tan absolutamente desiguales, en las que se va a desarrollar algo tan esencial para nuestro destino.

Tan conocido es ese escenario, decía, que está descrito en solo ocho palabras. En ocho palabras escritas por una gran autor de teatro español, premio Nobel por más señas, hace poco más de cien años. Pertenecen a la que es probablemente su obra más emblemática y son las primeras que se recitan. Como prólogo, con el telón a medio subir, en la penumbra. Dicen así:
“He aquí el tinglado de la antigua farsa…”



Continuará en el Capitulo III. Nunca tan pocos mintieron tanto a tantos


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Una oveja de color (de color negro)

lunes, 25 de noviembre de 2013




CATALUÑA 2014 – 2016.

LA SOLUCION

B. L. Acksheep


Capítulo I. La historia interminable

Es equivocado pensar, como a veces dicen determinados políticos o comentaristas, que el escenario actual es debido a la situación económica o a un calentamiento momentáneo que se irá enfriando con el tiempo. No es así, creo que el tiempo irá acrecentando el sentimiento y el número de personas que deseen participar en La Vía Catalana/El viaje a Ítaca. La explicación es fácil de entender desde el interior de Cataluña: hace muchos años que en la mayoría de escuelas y en la práctica totalidad de los medios de comunicación oficiales y subvencionados, se está inoculando un sentimiento de rencor hacia lo que representa España, para favorecer la separación. Son dos pilares esenciales para conseguir lo que se pretende. Por eso seguramente, contra lo que muchos creen, algunos de los políticos más representativos de ese sentimiento, son claramente sobrepasados por una parte considerable de los jóvenes que se han incorporado al movimiento con una radicalidad creciente. Se ha cultivado imprudentemente el huevo de la serpiente y se está produciendo una eclosión incontrolable.

Detengámonos un momento en esos dos pilares:

Como ejemplo de lo que ocurre en el primero, las escuelas, hace poco se difundía un vídeo (http://tu.tv/videos/petits-artistes-escola-sant-miquel-de-d) que vale la pena estudiar. No parece que lo que representa sea un caso aislado, responde más bien a algo buscado y dirigido desde hace mucho tiempo. Sin embargo es algo que pasó casi desapercibido, algunos  comentarios al paso y al olvido rápido. No es probable que si algo similar hubiese sucedido en algún otro país europeo, Francia o Alemania por ejemplo, hubiese pasado tan inadvertido. Habría sido objeto de un estudio profundo para conocer si se trataba únicamente de un caso aislado o de algo estructurado por alguien. En Cataluña, los medios apenas le concedieron importancia.  Aún más significativas son las pintadas que aparecieron en diversos institutos con motivo de las huelgas recientes. Lo que se pretende, en definitiva, es modelar un grupo humano que se corresponda exactamente a la definición que efectuó Ernest Renan,  prestigioso filósofo e historiador francés, refiriéndose a determinada visión de la nación y del nacionalismo: “…un grupo de gente unida por una visión equivocada del pasado y el odio a sus vecinos”. Es evidente que el resultado obtenido en este primer pilar es bastante satisfactorio.

Eso nos conduce al segundo pilar. En lo que desde aquí se denomina “Madrid” se dice que hay un periodismo de trincheras, que es posible conocer el enfoque de cada medio sin necesidad  de leerlo. En Cataluña, en la práctica, la situación es de trinchera única. Tanto los medios oficiales como el más poderoso grupo privado, generosamente subvencionado, hace tiempo que están embarcados en un objetivo: el viaje a Ítaca. La información y la opinión están dirigidas, en su gran mayoría, a establecer un estado de ánimo en la población que favorezca el camino iniciado al unísono por el presidente Mas y el otro presidente fáctico, en la sombra, Junqueras. Una situación de democracia bolivariana en la que los objetivos condicionan absolutamente la información. Y que, como decía sabiamente Orwell en “1984”, El Gran Hermano no solo controla el presente, controla también el pasado, que modifica a su conveniencia. Lo que se pretende, en definitiva, es modelar un grupo humano que, retocando y adaptando la mencionada definición de Ernest Renan, configure “…un grupo de gente unida por una visión unidimensional y polarizada de la realidad presente  y el odio y/o rencor a sus vecinos”. Objetivo que se va cubriendo con éxito notable

Por eso cuando Mas Colell dijo recientemente que "Si la línea extrema perdura, tengan la seguridad de que si no es en esta generación, en la siguiente, Catalunya tendrá un Estado propio", la única cosa incierta era ligarlo a la respuesta del estado. La situación conduce a ese objetivo y quien lo afirmaba no tenía ninguna bola de cristal, sino que era plenamente consciente del buen funcionamiento del “Método de los dos pilares”.

“President aixo se’n va a la merda”. Se dice que le comentó Pere Navarro al President Mas en la sesión parlamentaria en que se produjo un lamentable incidente, al impedir la presidenta del Parlamento el uso de la palabra al diputado de Ciutadans que intentaba replicar a otro diputado de la CUP. Algo que difícilmente sucedería en otro parlamento europeo. Lo que quería poner de manifiesto el dirigente socialista, tiene su origen en la situación a la que se ha conducido a Cataluña por el equipo de gobierno actual. El abismo y el desencuentro son tan grandes que parece que han llegado a ese punto de no retorno de los aviones en despegue. Conviene a todos dar salida a una situación semejante y es en ese contexto que el Clarity Act ofrece sus sabias enseñanzas.



Aunque, tras haber establecido los partidos nacionalistas el ejemplo del Quebec, ahora apenas se menciona y se utiliza en su lugar el ejemplo de Escocia, mucho menos parecido a nuestro caso por evidentes razones históricas. Y se reprocha violentamente al estado español su actitud en comparación con la del Reino Unido. Toda la culpa, como siempre, está en los otros. Pero cabría analizar la situación con más profundidad. La manera en que ese nuevo Movimiento Nacional, compuesto por CiU, ERC y CUP, ha planteado la situación, más parece de acoso y derribo, de una especie de bullying, que de diálogo sosegado. La manera en que Alec Salmond ha conducido la situación, es de una notable prudencia y sabiduría, siempre con el diálogo y los argumentos como únicas armas y tomándose el tiempo necesario. Las razones son obvias. Cualquiera que conozca el carácter inglés y la historia de Inglaterra comprenderá que, enfrentados a una situación como la de aquí, no habría habido político inglés alguno que iniciase diálogos o negociaciones: sus electores le habrían abandonado masivamente. La estrategia que han desarrollado los partidos que lideran el Movimiento está más cercana a una versión verbal y local de los “tonton macoute” que a un diálogo de parlamento británico. Basta recordar los insultos (España nos roba, etc.), movilizaciones con pancartas hostiles,  contratación de lobbys para ejercer presiones internacionales (ver El País 31.10.13), entrega de los 10.000 libros, etc. Capítulo aparte merecen los muchos pasos dados en el exterior para la “Internacionalización del conflicto”, algo que resulta lamentablemente similar a lo que realizaron en su día ETA y/o Batasuna, y con lo que se intenta socavar la posición de España. ¿Tiene eso parangón con las formas empleadas por el nacionalismo escocés?

En las encuestas que se han realizado habitualmente en Cataluña se definían los diferentes segmentos de población. Había uno que acostumbraba a ser mayoritario, el de los que se sentían tan catalanes como españoles, que es al que yo pertenezco. Somos los doblemente ofendidos: nos ofenden permanentemente desde Cataluña esos medios de trinchera única que nos ignoran; y nos ofenden determinadas declaraciones de algunos personajes del resto de España. Somos los que desean seguir unidos, como ha sucedido a lo largo de nuestra historia. A veces se habla, refiriéndose a los que mantienen esta posición, de mayoría silenciosa. No se si somos o no mayoría, pero lo que es incorrecto es denominarnos silenciosa, la triste realidad es que somos una mayoría o minoría amordazada. Con una doble mordaza, la que nos imponen los medios locales y la que debemos ponernos nosotros mismos, por las mismas razones que lo motivaban en nuestra reciente dictadura. Hace unos días aparecía en TV3 (la televisión autonómica) una información significativa: un grupo de honrados inmigrantes de habla castellana, expresaban primero su adhesión al “derecho a decidir” y después, en una segunda vuelta, su entusiasmo por votar la independencia. Es de suponer que habrá un grupo similar de personas de habla catalana (o castellana) que opine lo contrario, pero estos no existen, no aparece en ese canal de TV, la mordaza es implacable. Son, somos, invisibles.


Esa es la brecha que se está profundizando deliberadamente entre esas dos Cataluñas. Eso es lo que significa realmente el “aixo se’n va a la merda”. CiU (es decir, sus componentes CDC y UDC) están cada vez más distantes y al borde de la separación. Dentro de la propia UDC, la escisión aparece constantemente en los medios; desde zonas geográficas que se declaran abiertamente independentistas, contra la línea mantenida por Duran i Lleida, hasta su propia vicepresidenta Ortega que parece empeñada en dejar en ridículo las posiciones políticas de su jefe. Aunque tratado con sordina, se mencionan divergencias importantes dentro de la propia CDC. Son conocidas las fuertes tensiones del PSC entre su sector crítico y la dirección actual. El cabeza de lista de CUP, David Fernández, el de la sandalia amenazante en la mano, ya ha superado en valoración popular, según la última encuesta del CEO (organismo de la Generalitat de Catalunya), al President Mas. ¿Es posible emprender con garantías un nuevo camino, el viaje a Ítaca, en esta situación?



Continuará en el Capitulo II. Votaciones, elecciones, “Derecho a decidir”

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Una oveja de color (de color negro)

sábado, 23 de noviembre de 2013



CATALUÑA 2014 – 2016.

LA SOLUCION

B. L. Acksheep

Prólogo

La situación en que se encuentra Cataluña es cada vez más complicada, con posturas absolutamente enfrentadas e incompatibles. El objetivo de este blog es proponer una solución, que tiene dos ventajas esenciales:
-Si se piensa bien, es la única verdaderamente justa y que da satisfacción a los dos bandos enfrentados.
-Es a la vez, seguramente, la única capaz de poner de acuerdo a esos dos bandos.

La solución está basada en algo conocido y que ha sido citado como referente esencial por los partidos nacionalistas: el “Clarity Act”. Como probablemente conocen, en Canadá, ante la voluntad expresada por determinados partidos de Quebec de separarse del resto del país mediante un referendum, se realizó una consulta al tribunal supremo que originó esa respuesta, usualmente conocida como “Clarity Act”, mencionada aquí como Ley de la Claridad. La Constitución de muchos países, probablemente la gran mayoría, reclama la indivisibilidad de su territorio salvo que todo el conjunto de la población, que es la que detenta la soberanía, lo autorice. Así lo contempla la Constitución española, o la francesa, o la italiana por citar países próximos, o la de lo Estados Unidos o Australia por citarlos lejanos. Parece ser que la canadiense no lo establecía tan claramente y ese fue el motivo de la consulta: si en una votación realizada únicamente en el territorio de Quebec, debería aceptarse el resultado si este fuese la secesión.

La respuesta del Tribunal Supremo del Canadá, expresada en el “Clarity Act” mencionado, ha servido de referencia esencial por la calidad y profundidad de sus argumentos. Todos ellos aplicables, en mi opinión, al caso de Cataluña. Veámoslo con cierto detalle, en texto sacado de la conferencia que pronunció un ponente del “Clarity Act”, Stéphane Dion, hace años en Bilbao. El texto íntegro pueden consultarlo en una página oficial del gobierno de Canadá:

“…todos los ciudadanos son, en cierto sentido, propietarios de todo el país, con su potencial de riquezas y de solidaridad humana. Ningún grupo de ciudadanos puede tomar la iniciativa de monopolizar la ciudadanía en una parte del territorio nacional, ni despojar a sus conciudadanos, contra su voluntad, de su derecho de pertenecer plenamente al conjunto del país. Todos los ciudadanos deberían estar en condiciones de transmitir a sus hijos este derecho de pertenencia. En términos abstractos, ese derecho nunca debería ser cuestionado en una democracia. Ésta es sin duda la razón por la que tantas democracias se consideran indivisibles.”

“No obstante, tampoco podemos descartar la posibilidad de que en un Estado democrático se produzcan circunstancias que hagan de la negociación de una secesión la menos mala de las soluciones posibles. Este podría ser el caso si una parte de la población manifestara claramente, de forma pacífica y decidida, su voluntad de separarse del país. En efecto, hay medios que un Estado democrático no debería emplear para retener contra su voluntad, claramente expresada, a una población concentrada en una parte de su territorio.”

“… el gobierno de Canadá sólo aceptaría entablar una negociación sobre la secesión en caso de que la población de una provincia manifestara claramente su voluntad de separarse de Canadá. Esta voluntad clara de secesión tendría que expresarse mediante una mayoría clara que responda afirmativamente a una pregunta que aborde claramente la cuestión de la secesión y no un proyecto vago de asociación política.
El hecho de descartar la posibilidad de entablar una negociación sobre la secesión a menos que ésta cuente con el apoyo de una mayoría clara, y no incierta y frágil, pone de manifiesto que la secesión se considera un acto grave y probablemente irreversible, …”

“La negociación sobre la secesión debería llevarse a cabo en el marco constitucional canadiense y debería estar impulsada por la búsqueda real de la justicia para todos. Por ejemplo, en el caso de que poblaciones concentradas territorialmente en Quebec solicitaran claramente seguir formando parte de Canadá, debería preverse la divisibilidad del territorio quebequés con el mismo espíritu de apertura que llevó a aceptar la divisibilidad del territorio canadiense.”


Para explicar le solución utilizaré cuatro breves capítulos.


Continuará en el Capitulo I. La Historia interminable

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 Una oveja de color (de color negro)